Por Magdalena Rivera Fernández, Antropóloga Social, Doula y facilitadora de masaje Shantala.
“Los bebés tienen necesidad de leche, sí.
Y de recibir caricias.
Pero más todavía de ser amados”.
Frederic Leboyer, Shantala
Si bien durante los primeros meses de vida de nuestras guaguas tenemos la oportunidad de pasar gran parte del día junto a ellas, el ritmo ocupado de la vida y las exigencias propias de la crianza muchas veces nos impiden estar plenamente presentes. Con presencia me refiero al hecho de alinear nuestro cuerpo y nuestra mente en el momento que estamos viviendo y no en el checklist mental con el que cargamos la mayor parte del día (¿qué voy a hacer de almuerzo?, pronto le toca dormir la siesta, tengo que ir a buscar a mi otra hija al colegio, etc.). El cuidado de una guagua nos pone bajo tanta exigencia que la mayoría del tiempo nos perdemos en la infinidad de tareas que ello implica, sin siquiera disfrutar por algunos minutos del día el maravilloso regalo del encuentro mutuo.
Frederic Leboyer, famoso obstetra francés precursor de los nacimientos humanizados, acuñó el término “Masaje Shantala” en honor al nombre de una joven madre que daba masajes a su hijo en las calles de Calcuta, India. Leboyer quedó maravillado por la manera armoniosa, intuitiva y sencilla en la que esta mujer acariciaba a su bebé, solucionando de esta manera el trauma de separación del nacimiento. Gracias a Leboyer, hoy este sencillo masaje nos ofrece la oportunidad de tener un momento de conexión y presencia, favoreciendo el apego y el bienestar de nuestra guagua.
Durante los nueve meses que nuestras guaguas se encuentran en el útero, su cuerpo está siempre en contacto con el líquido amniótico, el cual a su vez es contenido por nuestra matriz. Podríamos decir que existe una sensación de estar siendo acunados por un cántaro, de estar rodeados de límites suaves, de estar abrazados por el cálido vaivén del cuerpo de una madre. Esta sensación de permanente contención se pierde una vez que nacemos y el bebé se enfrenta, por primera vez, a la sensación de vacío, de espacio, de separación. Podemos ver esto en el llamado “reflejo de moro” en el que el bebé extiende los brazos y abre rápidamente las manos con las palmas hacia arriba ante cambios bruscos de movimiento, en el que siente falta de apoyo. Dicho reflejo nos muestra la consciencia que el recién nacido posee frente a esta nueva realidad.
El masaje Shantala nos ofrece la oportunidad de interactuar con nuestras guaguas, favoreciendo el vínculo afectivo, ya que incluimos miradas, risas, gestos, caricias, olores, abrazos… elementos que favorecen la comunicación no verbal, así como la relajación de ambos. Este espacio de interacción exclusiva nos permite ir conociendo rasgos y características particulares de nuestros hijos, así como la oportunidad de transmitirles que estamos ahí para ellos, haciéndoles sentir especiales y contentos.
El tacto es uno de los primeros sentidos que surge al interior del útero, por lo que el continuar con la estimulación de este sentido una vez fuera del mismo es vital para un adecuado desarrollo físico y psicológico. El contacto con la piel, los músculos y los sentidos a través del masaje, favorece el adecuado desarrollo de sistemas y aparatos del cuerpo del bebé. Potenciamos el tono muscular y el lenguaje, así como el sistema nervioso e inmunológico.
El masaje nos permite también afrontar uno de los desafíos más comunes del bebé fuera del útero, el pasar de alimentarse a través de la placenta a una alimentación por el sistema digestivo. Los cólicos y malestares asociados son bastante comunes durante los primeros meses, y las caricias que damos con el masaje proporcionan un alivio primordial.
Junto con lo anterior, el masaje nos permite ir marcando las rutinas familiares y potenciar los momentos de sueño de nuestras guaguas. Realizarlo luego del baño nocturno, de manera constante ayudará a que tu bebé se relaje y pueda conciliar el sueño de manera más rápida.
Algunos consejos importantes a la hora de realizar el masaje son: mantener un ambiente cálido para potenciar la comodidad del bebé. Utilizar una presión leve sobre el cuerpo; el peso de nuestra propia mano es suficiente. Hablar de manera suave y pausada. Finalmente y lo más importante, tener una actitud de disposición para vivir el momento en presencia plena; sin celular, sin distracciones. Es recomendable tomar algunos minutos para concentrarnos en nuestra respiración y de esta manera dejar fuera de la mente las preocupaciones y obligaciones pendientes. Recordemos que el principal regalo que podemos hacer a nuestros hijos es estar ahí para ellos.
Es importante considerar que el masaje no puede realizarse si el niño acaba de comer, está con fiebre, malestar estomacal, tiene alguna erupción en la piel o notamos que no está cómodo al momento de recibirlo. Si existen dudas lo mejor es consultar con el pediatra previamente.
La realización del masaje infantil presenta enormes beneficios, tanto para el recién nacido como para los cuidadores; permite disminuir los niveles de ansiedad, regular los biorritmos, aliviar alteraciones del sistema digestivo, así como potenciar el vínculo y la interacción entre ambos. En bebés prematuros, además, disminuye la duración de la estancia hospitalaria y favorece la ganancia de peso (Ruiz Martín et al., 2018). Sin duda es una práctica que vale la pena incorporar como rutina al menos durante los primeros meses de vida de nuestros niños.
Si quieres aprender a realizar el masaje Shantala a tu bebé puedes contactarme a través de Almatriz Doulas en www.almatrizdoulas.com o nuestro instagram @almatrizdoulas
Bibliografía
Iris Ruiz Martín, Elena Berbel Montoya, Remedios Rico Ferrer (2018). Beneficios del Masaje Infantil en el Desarrollo del Neonato. en “Avances en la formación y aplicaciones de la Actividad Física y el Deporte / Jose Gallego Sala (ed. lit.), Manuel Alcaraz Ibáñez (ed. lit.), Adolfo J. Cangas (ed. lit.), Daniel Martínez Luque (ed. lit.), María Estefanía Martínez Morillas (ed. lit.), 2018, ISBN 978-84-17261-20-7, págs. 60-67
Leboyer, Frederic (1976). Shantala. Arte tradicional de masaje para bebés. Gaia Ediciones.