Envío gratis + 1 agua de colonia de 30 ml de regalo por compras sobre $50.000 a todo Chile Continental

Carrito de compras

Tu carrito está vacío

Continúa comprando

Consejos de afectividad en tiempos de crisis

“Pertenecemos a un contexto compartido, esto que nos está pasando nos involucra tanto a niños como adultos”.

Ximena Gonzales Salas, Psicóloga

 

Son tiempos de crisis. El mundo y las personas podemos llegar a sentirnos sobrepasados. Se intenta llevar la situación actual de la forma menos estresante posible; y, lo más probable, es que la mayoría del tiempo no se encuentre una salida que sea beneficiosa, cayendo en diferentes estados emocionales y físicos que poco nos aportan.

Para darle un sentido a toda esta situación, conversamos con Ximena González Salas, psicóloga clínica, Diplomada en Psicología Gestáltica y en Síndrome de Déficit Atencional. Ximena es una apasionada por las emociones y aquí les contamos lo que ella nos contó .

 

Buscando la estabilidad emocional

“De a poco fue apareciendo la palabra ansiedad y nos empezamos a llenar de tips de cómo sobrevivir de la mejor manera a esta crisis. Algunos se vieron de repente demasiado abrumados con estas sugerencias casi imperiosas de cómo comportarnos durante esta crisis, casi todas apuntando a un ideal que para algunos comenzó a tornarse casi tan complicado de llevar como la crisis misma.”

 

A los adultos

“La idea es que podamos ser más honestos con nosotros mismos y al mismo tiempo no intentar seguir, de una manera casi obsesiva, con aquellas pautas de” familia maqueta”.

Muchas veces los papás solicitan tips para aplicar con los niños, de tal manera que puedan cambiar alguna conducta que consideran inadecuada y cada vez la respuesta es la misma; los tips no sirven si son entregados como receta única y rígida frente a la diversidad de tipos de familia que conformamos cada uno de nosotros.

Existe la idea de que los adultos son como una especie de entidades que se manejan independientes de los niños y que son ellos los que muchas veces deben cambiar determinados comportamientos inadecuados y que entregándoles los tips apropiados a los padres, ellos podrán resolverlo.

Lo primero que se debe hacer es mirarnos a nosotros mismos; son los adultos (los padres) los encargados de generar un determinado ambiente en la casa. Es primordial, entonces, darse cuenta de cómo estamos nosotros como adultos, y qué tipo de ambiente estamos generando, de manera consciente o no, al interior de la familia. El mayor problema, es que existe mucho analfabetismo emocional por parte de los adultos.

Entonces “Debemos preguntarnos: ¿Cómo ésto está afectándonos? Volcarnos primero a nosotros, antes de señalar a nuestros hijos. ¿Cómo me siento con todo esto? Desde lo corporal a lo mental; lo que da vuelta en mi cabeza, ¿qué nombre le estoy poniendo? Si me estoy sintiendo con rabia, pena, frustración, o si ni siquiera sé lo que me pasa. Desde allí procurar entendernos. Hacerle caso a lo que estamos sintiendo, darnos ese permiso. Queremos que los niños tengan un cambio de conducta pero no nos observamos a nosotros mismos. Sólo si somos capaces de comprender lo que nos sucede y gestionar nuestras emociones, podemos ser empáticos y educar en las emociones a nuestros niños de manera más efectiva".

Ximena nos recuerda que pertenecemos a un contexto compartido, esto que nos está pasando nos involucra tanto a niños como adultos. Es una crisis mundial producto de una pandemia, nadie está ajeno:

"Es bueno que podamos tomar consciencia por ejemplo, de cómo estoy observando el mundo, ¿Cómo veo el mundo? ¿Cómo proyecto eso al interior de mi familia? ¿Cómo mi manera de ver la crisis y la enfermedad afecta el comportamiento que estoy teniendo con mis hijos? ¿Cómo les explico? ¿Transmito, desde el caos o la tranquilidad? Mi manera de observar el mundo va a determinar mi comportamiento. A qué le estoy dando más importancia, al hacer o al sentir.”

 

A los niños

“Al mismo tiempo que nos observamos en nuestros comportamientos como adultos es importante poner atención a los cambios de comportamientos en nuestros hijos, observar cómo están jugando, si están durmiendo de la misma manera, si están pidiendo más cariño, si están más llorones, si necesitan más contención, si están más miedosos, ya que, muchas veces les resulta difícil expresarlo a través del lenguaje".

Para Ximena es clave no perder de vista que estamos todos inmersos en el mismo contexto, y lo que ocurre en el entorno nos afecta a todos de alguna manera; tomar consciencia que la manera en que estábamos acostumbrados a funcionar, de un día para otro cambió y es natural que eso nos afecte, pero es muy importante también, entender el cómo nos afecta.

Muchos de los cambios de conducta y de algunas sensaciones desagradables que estamos sintiendo en nuestro cuerpo nos están señalando que estamos experimentando ansiedad. Así como todo esto nos está afectando, es evidente que a los niños también. Dolores de cabeza, cansancio, insomnio, irritabilidad, mal dormir, cambios en la alimentación, miedo, retraimiento, problemas de concentración. Si somos buenos lectores de emociones es posible que no nos sea tan difícil darnos cuenta, de lo contrario, el ajuste demorará un poco más. Aquí la clave es estar atentos a los cambios y tratar de entenderlos en el actual contexto. No minimizar lo que nos ocurre a nosotros ni a nuestros niños. Buscar proveernos de ambientes cálidos emocionalmente hablando, es decir, de respeto, empatía, escucha activa; buscar de manera intencionada elementos y actividades que nos gusten y nos hagan bien, como el ejercicio, la música, el arte, jugar, cocinar, etc. El contacto directo con la naturaleza es un calmante potente, así como los abrazos, besos, etc. Este tipo de cosas, generan cambios importantes a nivel de neurotransmisores en nuestro organismo, de tal manera que producen el efecto contrario al cortisol (hormona del estrés) y reducen sus niveles. Nos hacen sentir mejor, nos relajan y experimentamos mayores índices de felicidad.

Entonces detrás de todos esos tips hay un sentido, el punto está en no sentirse prisionero de lo que debo hacer, sino que hacer algo que realmente tenga sentido para mí y me guste.  ¿Por qué se habla de las rutinas? Un niño por ejemplo, en la actual situación de crisis, en donde cambió todo de un día para otro y no fue más al colegio, y dejó de tener clases  presenciales con sus compañeros y se vió forzado a reemplazarlas por una pantalla; la mamá y el papá se quedaron en casa, pero no para jugar con él todo el tiempo, con menos tiempo de calidad con él porque están abrumados con el teletrabajo, que no conocían, y tampoco puede salir a jugar con los amigos. Para ese niño todo el orden que conocía hasta ese entonces cambió: la manera de estar en casa ahora es diferente. Hablar de establecer nuevas rutinas entonces tiene un sentido, lo contiene; la rutina le permite al niño comprender qué se espera de él con este nuevo orden y le entrega seguridad respecto de que este nuevo cambio no es ambiguo y al mismo tiempo le da confianza en que sus padres tienen control sobre lo que está ocurriendo. Entonces no se trata de hacer una estructura predeterminada por lo que “dicen que hay que hacer” y desesperarnos si no lo logramos sino que la rutina tenga sentido  y me permita hacer las cosas que particularmente necesitamos como familia dentro de un ambiente de contención, de amor”.

 

A las madres

“Mucho de lo que tendemos a hacer viene dado por el “ideal”, este rol que debemos cumplir que de alguna manera está muy desligado de lo real. Mucho de lo que asumimos que "tenemos que hacer" y que al mismo tiempo nos cansa, nos desgasta, tiene que ver con asumir sin mayor conciencia un rol preestablecido que no necesariamente tiene que ver con lo que realmente somos.

Muchas mamás durante esta crisis por ejemplo han intentado hacer todo aquello que se supone deben hacer como mamás para que todo funcione a la perfección y muchas se han ido dando cuenta que al final del día el cansancio, el estrés y el mal genio eran lo más evidente. La pausa, la reflexión y el cuestionarnos cobran mucho más sentido". 

“¿Para qué estoy haciendo todo esto? Esto que estoy haciendo, ¿tiene que ver conmigo, o estoy funcionando en modo automático? Es bueno que en nuestro rol de mamás podamos ser capaces de ser originales y fieles a lo que somos”

 

Y continúa:

“Esta crisis puede ser un buen momento para parar y reflexionar como sociedad hacia dónde vamos, versus lo que nos hace sentido y nos da significado. Es importante hacernos más conscientes si estamos teniendo roles que son más bien comportamientos impuestos o si estamos siendo aquello que realmente somos".

Este es un momento que nos está llevando a redescubrirnos y a identificar lo que nos gusta, a poder centrarnos en lo verdadero, en lo que es importante y esencial. Es un buen momento para enfrentar las situaciones de otra manera.

Para terminar y a modo de resumen, es importante reforzar que todos estamos inmersos en un contexto que también afecta a nuestros hijos y que la manera en cómo nosotros lo resolvamos va determinar también el cómo ellos puedan hacer uso de la mejor manera de sus propios recursos; obviamente dependiendo de la edad. A menor edad mayor es nuestra responsabilidad al respecto.

El autoconocimiento es muy importante, por lo que es un buen momento para estar aún más atento a nuestros cambios y escucharnos. Ser empáticos con lo que le sucede al resto de la familia y procurarnos espacios de contención.

"La gestión emocional es algo que se aprende  y refuerza  en nuestros hijos por medio de nuestro propio ejemplo. No podemos olvidar que somos los primeros educadores emocionales de nuestros hijos.

Un niño equilibrado emocionalmente, es un niño que se adapta mejor a los cambios y tiene comportamientos resilientes; en definitiva es un niño que va a experimentar mayores niveles de felicidad”

@Paletadeemociones, es un medio a través del cual Ximena publica interesantes temas de reflexión relacionados siempre con la emocionalidad, se pueden encontrar talleres y publicaciones a través de instagram, Facebook y Youtube.

El momento de hoy es un llamado a tomar conciencia, de que a pesar de todo lo que ocurre podemos darnos la posibilidad de reflexionar, sentir y respirar, para retomar y actuar de la forma que necesitamos en el hoy para nuestro bienestar. Todos tenemos derecho a no querer nada, no por eso nos rendiremos. Podemos ver esta situación como una oportunidad para reconocernos, soltar y aceptar lo que queremos en nuestra vida y enfrentar aquello que quizás no hemos estado queriendo ver.

Recuerda que somos seres humanos viviendo experiencias emocionales y que debemos aprender de ello, creciendo, fortaleciéndonos.


Valentina Silva Hargreaves

Naturópata

Maestra de Reiki