Durante las últimas semanas hemos conmemorado 3 días muy importantes desde un punto de vista ambiental. Celebramos el día del reciclaje, siendo quizás el día que más sentido nos hace, ya que lo relacionamos con nuestras actividades diarias. Y es que sabemos que en nuestro país se vienen tejiendo nuevas ideas y nuevas fuerza relacionadas con la necesidad de dejar de ver la “basura”, como algo indeseado y despreciable y comenzamos a entender la generación de residuos de una manera más integral o formando parte de un sistema de producción más optimista.

En ocasiones anteriores hemos hablado del error que cometimos al creer que el sistema humano y la creación de materiales hechos por el ser humano siguen un camino lineal, en donde los procesos terminan sólo con la generación de residuos, y opuesto a esta idea tan básica como nociva es que precisamente hemos hablado de la [1] economía circular, como una alternativa para ver el sistema humano de producción tal como si fuera un sistema más de la naturaleza, donde todo los desechos son reincorporados al mismo sistema.

Y sabemos que estas ideas son fáciles de incorporar en nuestros días cotidianos porque el tema está latente en cada una de las acciones que involucran el consumo de algún producto o en las actividades domésticas que hacemos diariamente. De hecho, y relacionado con el tema del reciclaje, la reutilización y la minimización de residuos, recientemente el Senado aprobó la prohibición de bolsas plásticas en todo Chile [2] y con ello se genera un nuevo precedente del cómo vemos a escala doméstica el tema de los residuos.

Sin embargo, cuando hablamos de otro valor que conmemoramos en estos días, pareciera que nos cuesta más ver su relación con nuestras vidas cotidianas; porque nos cuesta entender el concepto de “biodiversidad” y de cómo este valor natural impacta nuestras vidas, nuestras actividades, e incluso las vías de desarrollo de nuestra civilización, tanto en lo económico como en los social.

Muchos creen que al hablar de biodiversidad se entra en un campo de conocimiento demasiado técnico donde sólo los especialistas del área tienen algo que aportar, y con facilidad pasamos a sentirla ajena a la gran mayoría de las personas que desarrollamos nuestras vidas en espacios urbanos. Y pensar de esta manera es lo que más contribuye a que cada día vaya aumentando más la pérdida de la biodiversidad a escala incluso planetaria. Por eso es que es de suma importancia en esta ocasión reforzar la idea de qué es la biodiversidad y del cómo la pérdida de ella puede afectarnos como seres humanos.

Partamos aclarando que gracias a la biodiversidad se han generado todos los elementos claves en la evolución de la vida en el planeta, incluyendo la evolución humana y todos sus despliegues culturales, de la que tanto nos jactamos. Precisamente, la biodiversidad o diversidad biológica  se refiere al abanico de formas de vida o de estrategias de vida que existen en determinado lugar. También puede entenderse como un mosaico donde cada pieza está representando una forma de vida particular; por ejemplo, puede ser una especie de animal, planta o microorganismo, o puede ser una estrategia de vida como carnívoros, herbívoros o descomponedores. El cómo medir la biodiversidad depende de qué es lo que queremos destacar y es tema que ha sido discutido por décadas por los estudiosos.

Pero si estamos claros en que la biodiversidad se refiere a las manifestaciones de vida, sea en cualquiera o sea en todas las formas que la historia de la evolución sobre el planeta haya generado.  Y esta composición de seres vivientes es la que determina la presencia o no de los diferentes procesos naturales que conforman un ecosistema; es la que permite que funcionen los procesos naturales y que en consecuencia, permite desarrollarse a los mismos seres que conforman ese ecosistema, incluyendo al ser humano.

De esta manera, la naturaleza en su maravillosa transformación histórica ha ido presentándonos diferentes estrategias vitales que nos muestra cómo se han ido preservando los equilibrios desde el comienzo de la vida en el planeta.

Y aunque los estudiosos han inventado una serie de mecanismos para medir o cuantificarla la biodiversidad, a la gran mayoría de la personas le cuesta entender cómo las alteraciones de estos complejos sistemas de vida puede llegar a afectarnos, sobre todo en nuestro diario vivir.

Por esto es urgente que vayamos comprendiendo que es gracias a la biodiversidad que el ser humano puede mantener su propia subsistencia, ya que por ella es que existe la red y los flujos de materia y de energía que son necesarios para que estén disponibles los servicios ambientales. ¿Y qué son los servicios ambientales? Son los procesos o bienes materiales de los ecosistemas que le dan un beneficio al ser humano. Por ejemplo, gracias al servicio que realizan las plantas, a través del consumo de dióxido de carbono y liberación de oxígeno, es que tenemos aire limpio para respirar, y mientras más y diferentes plantas existan, mejor servicio nos entrega ese ecosistema. Es por eso que reconocemos la importancia de la biodiversidad, por la capacidad que les da a los ecosistemas de entregarnos estos bienes y servicios ambientales.

En resumen, gracias a la biodiversidad es que tenemos aires limpios, agua disponible para las actividades humanas, alimentos como frutos y animales de los cuales obtenemos algún provecho y un gran sin número de otros recursos, y es tarea de todos y cada uno de nosotros cuidarla y defenderla de las amenazas que el desarrollo humano suele propinarle.

Si nos hacemos conscientes de que respetando la existencia de otros seres vivos a parte de la del ser humano ayudamos a mantener el valor de biodiversidad, ya comenzamos con un gran avance. Y luego, en un siguiente paso vamos a estar plenamente informados y sensibles al problema de la sobre-explotación de los recursos, la introducción de especies nocivas, la contaminación industrial y doméstica y otras acciones que no sólo perjudican al medio ambiente y su biodiversidad, sino que amenazan al mismo ser humano.

Por último y no menos importante es que tenemos también la oportunidad de conmemorar el día del medio ambiente, que es la matriz natural en donde ocurre el fenómeno de la biodiversidad. El día del medio ambiente precisamente simboliza la idea de reconocimiento, de admiración y la oportunidad de agradecer el que tengamos un entorno que nos soporta como especies, que nos permite desarrollarnos y seguir caminando en ese sendero de la existencia humana.

 

 

[1] Revisar artículo en este enlace: https://apicoladelalba.cl/blogs/news/los-nuevos-aires-propuestas-sostenibles-y-respetuosas-de-la-biosfera

[2] http://www.senado.cl/fin-a-las-bolsas-plasticas-en-todo-chile-contundente-respaldo-para/prontus_senado/2018-05-29/153433.html